Recinto amurallado
Frente a la iglesia está uno de los tramos que se conservan del antiguo recinto amurallado de Pareja. Desde el siglo XI, esta barbacana formó parte de la fortificación que en la villa se construyó como elemento imprescindible para la defensa y consolidación de los territorios reconquistados. La posición estratégica de la población en las estribaciones del Río Tajo, hizo que, muy probablemente, formase parte de la Marca Media que los árabes establecieron como línea de frontera.
Tras la Reconquista, los nuevos pobladores que se establecieron en Pareja, ya encontraron un recinto amurallado y un alcázar, cuya estructura, con seguridad, aprovecharon, reforzaron y modificaron para adecuarla a las nuevas necesidades.
Es posible que, a partir del siglo XVI, el perímetro amurallado cayera en decadencia, debido en gran parte al ascenso demográfico de la población, consecuencia de la nueva realidad política y social, que hizo que perdiera su sentido defensivo. En el catastro del Marques de la Ensenada de 1752, todavía se acredita el hecho de que se mantiene en pie gran parte de la muralla.
Hoy en día, se conservan restos del recinto amurallado en algunos puntos de la villa, que se mantienen como testigos de su existencia y que nos permiten conocer su trazado y perímetro original.
De esta muralla existen aún hoy día en Pareja, algunos puntos concretos que se pueden observar por el viajero, como la torre cuadrada, conocida como Torreón que se erige junto a la Plaza de Toros o los lienzos de la Fuente del Oro.
Cuenta la leyenda que desde el Torreón se despeñó Juana la Morilla, desde los muros, afligida por su reclusión, por acusación inquisitorial, de Brujería.
Esta fortaleza se recoge en el escudo heráldico de la villa, junto a la vieja olma de Pareja en la Plaza.