A tres kilómetros de Pareja, se alza sobre los valles del Tajo, la localidad de Casasana. Terreno apto para el cereal de secano y la ganadería lanar, albergó a los obispos de Cuenca en sus momentos de descanso por los aires sanos y limpios de sus parajes.
De esta época se conservan los restos de su fortaleza, con más de diez metros de altura, y su iglesia parroquial de sencilla arquitectura religiosa popular, cuya construcción se inició hacia el siglo XVI.
Aparece en el censo de la corona de Castilla del año 1591. Para referirse a su población, inserta en el número de habitantes con que contaba la tierra de Pareja, que junto a Córcoles y Valdeloso ascendía a 1.500 habitantes reflejándose su condición de aldea de esta villa en las relaciones topográficas de Felipe II. Debió ser este un momento de esplendor poblacional de Casasana por serlo la zona en general. Importante parece la aportación de madera que Casasana hacía a la Villa de Pareja pues hay noticias de que la escasez de este material con que se veía afectada Pareja, se subsanaba con la procedente de los encinares y robledales de los altos próximos a Casasana, entre otros, como Torronteras y Valdeloso.